domingo, 23 de junio de 2013

El secreto de sus ojos

Publicado por Antonio Rául Oliva Leyva
 ¿Cómo se le saca el ojo a un hombre sin que se desangre? ¿Cómo y por qué, sencillamente, hacérselo a otra persona, a sangre fría, por puro morbo, por puro odio?

Si los ojo son la ventana del alma, entonces la de Abel Santamaría debe haberse desparramado como la neblina de la mañana por la sala de torturas del Cuartel Moncada.
Sus verdugos ni cuenta se dieron, o no tenían con qué percibirla ni por qué hacerlo; por es continuaron macabramente jugando a las Parcas, indiferentes ya ante tanta sangre.
¿Pierde el ojo su color, mengua la fuerza con que se clavaba en otros ojos mientras yace en una palangana, fuera de su cuenca, como un huevo fuera del nido? Dicen que sí. Entonces, ¿cómo supo Haydée que eran los de su hermano los que le mostraban? ¿Pensaría acaso que era una broma desalmada de sus captores? ¿O es que nunca puso en duda que estos no vacilarían en cometer tal abominación?

domingo, 16 de junio de 2013

De cómo llegué, apasionadamente, al Moncada


Siento una peculiar pasión por los combatientes y los hechos del Moncada. Las primeras imágenes desgarradoras del 26 de julio de 1953 las vi en las páginas del libro Moncada, donde guardaba mis cuquitas. Debe ser por ello que yo también jugaba a la “clandestinidad” o combatía junto a Fidel, Abel y Haydée en aquellos días de carnavales en Santiago de Cuba.
Cuando por fin fui creciendo, comprendí mejor la trascendencia de aquellos hechos. Y mi primera visita al Cuartel Militar, convertido hoy en museo y escuela, fue como reencarnar aquellos protagónicos de las escenas de asaltos y luchas contra la tiranía batistiana que me inventaba con mis muñecas de papel.
Fue la foto de José Luis Tassende, a punto de morir y mirando fijamente a la cámara, la más impactante para mí. Aún lo es.
Por eso este compendio que me regalo para quienes aún no conocen esta etapa triste, valiente y trascendente en la historia cubana.

miércoles, 12 de junio de 2013

Abel y Haydée: raíces encrucijadenses

Abel y Yeyé de pie
Por: Narciso Fernández Ramírez
10 de Junio de 2013

Encrucijada, tierra de encuentros, de idas y venidas, tiene la dicha de ser la cuna de mujeres y hombres ilustres. Allí nació Jesús Menéndez, el negro noble de corazón inmenso y nombre de redentor, en su caso, de los obreros azucareros. De esa zona era Nicolás Monzón, el médico comunista que tanto bien hizo a los desposeídos, amigo de Mella y uno de sus doctores de cabecera durante la huelga de hambre de 19 días del líder estudiantil.
Allí también germinó la simiente del matrimonio de Benigno Santamaría y Joaquina Cuadrado. En Encrucijada nacieron Abel y Haydée; el primero, el más generoso e intrépido de los jóvenes asaltantes del Moncada; y la segunda, su querida hermana Yeyé, la heroína, junto a Melba Hernández, de la acción valiente del 26 de Julio de 1953, que encendió la llama de la Revolución Cubana.

domingo, 2 de junio de 2013

Haydée, la fundadora recordarte en presente

Por ROXANA RODRÍGUEZ (cultura@bohemia.co.cu)
Fotos: ARCHIVO DE BOHEMIA (archivo@bohemia.co.cu)

Desde su Encrucijada natal, en la antigua provincia de Las Villas, siente, padece el dolor ajeno que es el suyo también. Exterioriza su inconformidad ante los abusos en el central azucarero Constancia que la ve crecer.
Aún es muy joven Haydée Santamaría Cuadrado (1922-1980) y La Habana la acoge con el rostro velado de las urbes que sufren.
Viene invitada por su hermano Abel para compartir un apartamento ubicado en las arterias de 25 y O, en el Vedado, una de las sedes donde se gestan las principales actividades conspirativas contra el régimen de Batista. Desde allí los días hacia los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes comienzan su cuenta regresiva.

Boris y Haydée: la historia de amor tras los muros del Moncada

Posiblemente la única foto juntos
Cuando Haydée Santamaría vio por primera vez a Boris, no creyó que sería él precisamente su novio. Dos veces tocó a su puerta aquel joven. Dos veces creyeron los dos que él se había equivocado de lugar. Mas, era justamente aquel apartamento del Vedado, el sitio que buscaba.
Cuenta Yeyé que durante su estancia en La Habana, el apartamento de 25 y O, en que vivía junto a su hermano Abel, se había convertido en sitio de reunión y conspiración de los jóvenes revolucionarios.
Por tal motivo no podía mirar a muchachos que integraran es grupo: cómo iba a decirles dónde vivía, o quien era su familia. Apenas se limitaba a mencionar su nombre.
Un día vio a Boris desde lejos y le dijo a Jesús Montané: “Oye, la verdad yo quisiera conocer a ese joven, aunque ahora no puedo, porque después pregunta dónde vives y no se lo puedo decir”.